Aun sacándome alguna espina de cardo clavado en mis dedos, creo que voy a redactar una de mis crónicas mas tempraneras...
Pues apenas hace unas horas he concluido la carrera de montaña Picu Benzua, mi tercera experiencia en la especialidad.
Como todas estas pruebas, el mayor inconveniente son los madrugones, en las anteriores veces había sido en localidades más cercanas al centro de Asturias, esta vez tocaba desplazarse a Llanes.
Al llegar primer contacto en la gasolinera donde tomamos el café con Miguel, el finisher Asturiano de la Marathón de los Sables, quien iba a entrenar por picos de Europa, y nos comentó que esta carrera era muy dura.. empezábamos mal.
Nuestra primera preocupación los avituallamientos, pues según los datos dados por internet, solo iba a haber uno a mitad de carrera, afotunadamente no fue así.
Tras recoger el dorsal, foto oficial el equipo y sin mucho tiempo para pensarselo dieron la salida.
La carrera consistía en subir al pico Benzua dos veces, una primero al que atacabamos la cumbre pasando primero por un monte mas pequeño Peña Cuenda, despues un buen rato de crestear y por fin primer contacto con Benzua.
El sol abrasaba, una vez mas no utilice bastones, pero sí unos guantes para amortiguar las caidas, que incluso así alguna que otra espina me clave, sin hablar de las piernas llena de arañazos, parece que me pelee con un gato.
Nada más llegar las primeras bajadas, los galgos comenzaron a pasarme, sigo sin entender como lo hacen. Mis Salomon a diferencia que en el Asturcon, no me dieron confianza para bajar rápido, tal vez porque el terreno era una mezcla entre tierra, hierba y piedras...
Antes de coronar la primera vez el Benzua ya vi retirase a varios altletas, la mayoría por torceduras de tobillo.
Para los asfalteros que no conozcan como va el tema, aquí cuando alguien se tuerce el tobillo se para, es decir la gente que se cruza con ál para, habla con esa persona, mira si necesita ayuda... Y la mayoría de las veces avisar para que pidan el helicóptero, hoy tuvo que hacer varios traslados.
Cuando llegamos a una de las cumbres viví una situación extraña que describe el verdadero espíritu de estas carreras
Era un corredor que me había adelantado que estaba parado, es un habitual de las carreras de montañas y no se le veía ni cansado, ni lesionado ni nada... hasta que me fije, estaba para mirando el paisaje, sentado en una roca viendo la espectacular silueta que dibujaban los Picos de Europa hacia el Sur, y el inmenso mar que bañaba toda la costa del oriente Asturiano al Norte.
Era increible, correr con todo eso a tu alrededor, imposible no engancharse..
Continué y al poco ese corredor ya me adelanto de nuevo, no le vi más hasta la meta.
Durante el primer descenso del Benzúa dirección Rio Caliente me cruce con un voluntario que me dijo que cuando bajara preguntara a una participante que si necesitaba el helicoptero, que con los prismaticos la veía que iba mal, le dije que si necesitaba ayuda que le silbaba, como David el Gnomo.
Cuando me la crucé iba coja, según me decía que por experiencia creía que era un esguince de segundo grado. Baje con ella tranquilamente hasta que ví que podría llegar sola hasta el avitualliento, continúe la bajada donde ya empecé a encontrarme con la cabeza de carrera que ya daban la vuelta, la verdad que cuando llegue abajo y me acordaba del momento que me los habia cruzado y todo lo que me quedaba por subir, me desmoralicé un poco pero bueno, ya sabía a lo que iba.
Abajo en el pueblo, en el kilómetro once más o menos, me tomé un gel de glucosa (llevo semanas experimentando con ellos), no me molesto el estómago, pero algo empezó a fallar, comencé a ver borroso, sobre todo del ojo izquierdo, no le di importancia, y seguí, estaba cansado pero nada más. Me cruce con Chema y Rubén, quienes ya me decian que el calor les estaba matando, y no iban muy bien...
Yo continué hacia arriba, solo, a ratos no era consciente de si iba por el camino bueno o no, hasta que veía una cinta de las que indicaban la dirección...
Poco a poco empezó a fallar algo, ya no era que veía borroso, si no los cuadriceps, era extraño, estaban como bloqueados, y lo peor de todo esque comenzaba la segunda ascensión del Benzúa.
Probé diferentes formas para subir, poniendo las manos sobre los muslos, con la espalda recta, el dolor ya me hacia asustarme, encontré un punto en la pierna que si apretaba con el dedo pulgar dejaban de doler.. así que apoyé mis manos sobre las piernas, clavé mis pulgares en ese punto y para arriba, hasta que de repente paró.
Ya no sentía ese bloqueo en los cuadriceps, la visión ya no estaba borrosa, tenia una sed exagerada y estaba cansado pero fisicamente podía continuar.
Hasta que me dí cuenta, error de novato, buscando información por la red, resulta que si tomas la glucosa del tirón, en vez de poco a poco, el efecto que se puede producir es el contrario, el cuerpo no metaboliza ese exceso de glucosa y lo convierte en insulina, con lo que los musculos se agarrotan, a veces dan calambres, incluso la visión borrosa.
Pero el efecto había durado apenas media hora (eso no es nada en una carrera de montaña), y ahora me encontraba bien, con ganas de seguir, asi que a coronar el Benzúa de nuevo.
Una vez ahi otra vez a bajar, las piernas ya no respondían como el principio, demasiado calor, no tomaba agua desde rio Seco, tuve varias caidas, las piernas estaban cansadas, mi corazon quería guerra pero ellas decían basta.
Con un último esfuerzo llegué a la carretera que nos dirgía a Los carriles, la meta.
Y en la vida me dio tanto asco el asfalto, después de kilómetros por el monte, el cambio fue muy doloroso, no llevaba garmin pero calculo que fueron dos kilómetros de sube y bajas... pero el dolor de pies sobre el duro asfalto pasó factura. Fue la parte más fea de la carrera.
Por fin después de más de 3 horas y media de carrera llegué.
Aunque ha sido la prueba más dura que he realizado, muscularmente nunca lo pasé tan mal, pero sin embargo ahora aquí delante de mi ordenador me encuentro genial, cuando una carrera de asfalto normalmente te deja tirado el resto del día o en el caso de la maratón la semana.
Es una pena no saber correr con una cámara de fotos, esos paisajes, la paz que trasmite...
Tras reunir de nuevo a todo el equipo en la meta, nos fuimos a duchar y a disfrutar de nuestra merecida espicha.
Y para varíar no guardé fuerzas para el final, y despues de la totilla de patata y los embutidos no llegue a poder probar el chorizo criollo. Tengo que seguir trabajando en esa parte esencial de las carreras de montaña, dejar hueco para el postre...
Así que una experiencia inolvidable, carrera durísima para mi, bueno creo que para todos, muchísimo calor, poca agua, terreno muy malo para correr, pero claro es lo que hay, esto no son carreteras fabricadas por el ser humano, esas montañas estaban antes que nosotros y seguirán estando después de nosotros...
El no llevar Garmin (se me olvido cargarlo), y no importarme, poder hablar con los corredores, que te cruces con la cabeza de carrera y te animen incluso te cedan paso cuando ellos están subiendo y tu bajando...
Que puedo decir, quien no se enamore de Trail Running no es humano...
Y hablando del trail Running, os voy a pedir un pequeño favor.
Gore Tex organiza un campamento en los dolomitas para amantes de este deporte, para participar hay que quedar entre los 20 más votados en uno de esos típicos concursos de Facebook, es a nivel Europeo, ahora mismo me encuentro ya en el top 20 pero necesito más votos, asi que os dejo la foto promocial que mi amigo Brevers me ha regalado y el enlace de la página de facebook donde votarme... gracias..