QUIEN NO CORRE VUELA

Reflexiones y paranoias de un Loco que no sabe de que huye pero prefiere correr que estarse quieto mientras ve la vida pasar

miércoles, 22 de febrero de 2012

La extraña sensación

Es la enésima vez que hago mi mochila de viaje, pero en esta ocasión me está resultado algo más complicado de lo normal.
Que se puede llevar para pasar una semana en el desierto.???



Quince kilos de equipaje y  la extraña sensación de que parece que me olvido de algo, al fin y al cabo no es tan diferente como el resto de las veces...

Y como siempre el continuo malestar de que una vez más he de subirme a un montón de toneladas de acero y chatarra para cruzar los más de 2000km que separan la capital española de Tinduf...
 
 Por cierto, una de esas curiosidades de Google, al trazar una ruta Madrid Tinduf en el google maps, he visto que en cualquier alternativa no puedo pasar por territorio marroquí, es más, si la ruta es Madrid - Tata (ciudad marroquí muy cercana geográficamente a Tinduf) no hay ningun problema en acceder a través de Marruecos, eso sí, si la ruta la intento hacer Tata - Tinduf, o Madrid - Tinduf, pasando por Tata, no me deja de ninguna manera atravesar la frontera Marroquí hacia Argelia por territorio del Sahara. 
En todas las alternativas la opción es primero salir de Marruecos, curioso no???

No es un fallo del Google maps, el fallo es humano, el único animal del reino, que puede llegar a odiar tanto  a su semejante, de tal manera que es capaz de construir un muro físico de más de 2000 km.

Y aunque aquí en nuestras acomodadas vidas en una "libre" sociedad no veamos a través de la  ventana de nuestra casa un muro físico que nos separe, a veces son más altas y duras de derribar las barreras mentales que no nos deja por momentos ver más allá de donde llega nuestra vista.

Lo que comenzó hace algo menos de un año como un comentario más mientras tomábamos unas cervezas, poco a poco fue convirtiéndose en lo que pueda ser la aventura de nuestras vidas... 

No solemos hablar por hablar, y aunque ha sido un gran esfuerzo físico, mental y económico al fin todo esta ya encaminado a que el viernes durmamos sobre el suelo del sahara occidental.

La diferencia de esta experiencia es que lo importante no va a ser el viaje, ni si quiera la Maraton, o la propia vuelta, si no el recorrido, los meses que han pasado desde que tomamos la decisión de realizar el esfuerzo de al menos intentar participar en esta aventura hasta el día de hoy...

Meses en los que poco a poco nuestra curiosidad sobre el pueblo Saharaui fue en aumento, hasta convertirse en preocupación, y con ello el resto de situaciones similares en el que la libertad de cada individuo es doblegada por causas injustificadas, banderas o simplemente para guardar el equilibrio,  por que alguien tiene que estar abajo para que otros estén arriba.

En mi caso he de reconocer que por momentos todo esto me ha llevado a perder la esperanza, incluso volverme pesimista de que exista alguna solución, sigo sin comprender como para menos de un siglo que vamos a pasar en este "chiringuito" nos empeñamos en hacernos tanto la puñeta unos a otros.

Para mi la Marathón del Sahara comenzó el mismo día que decidimos participar en ella, el recorrer los 42 km de arena será solo un trámite, sabía que este típo de experencias cambia la vida a quien lo vive, lo que no creía esque me la cambiaría antes si quiera de montar en el avión...

Supongo que es normal sentir esa "extraña sensación" de que me falte algo en la maleta cuando vas a visitar a un pueblo que carece de todo, que les puedo aportar yo , cuando ellos ya me han aportado muchísimo más a mi sin ni si quiera conocerles....


domingo, 5 de febrero de 2012

¿¿¿He vuelto???

Cuando la cabeza no corre las piernas tampoco.
Creo que es lo que define al estado en el que a este largo mes de enero con el que he comenzado 2012.
Recordando estos últimos años, siempre por estas fechas tengo el mismo sentimiento de asqueamiento al running, tal vez por la carga de todo el año o que el cuerpo pide un paréntesis, sea como sea, volvió a ocurrir, con la diferencia que esta vez  no eran mis piernas las que se negaban a correr si no mi mente.

Agotado de conversaciones banales sobre minutos km, ritmos, desniveles o posiciones, cansado de marcar mi rutina diaria en base a las carreras o entrenamiento incluso a renunciar a planes por correr.
No recordaba la última vez que me había ido de vacaciones sin ser para correr.
Cuando ves que has conseguido tus metas y cada vez pones el listón más alto, más duro, rozando el masoquismo, sin llegar a comprender bien el fin, el hasta donde, el saber cuando diré, “..se acabó, ya llegué, hasta aquí…”  
Pero es que nunca se termina.
Sin apenas saborear el haber conseguido un reto ya pensar en el siguiente, rodeado de un ambiente que tampoco favorecía la desintoxicación de esta obsesión, mi mente dijo basta…
El Primer paso
Fue alejarme del blog, de las redes sociales, alejarme de todo aquello que había conseguido agotar mi cabeza, ya desde hacia meses. No quería saber nada de minutos, segundos, posiciones, km, entrenamientos… de cómo entre todos (en el que me incluyo), con nuestros egos, obsesiones, a veces inseguridades habíamos comenzado a convertir un hobby en condena, un deporte que conseguía relajarnos, evadirnos de nuestras rutinas, trabajos, crisis, como de repente y sin darme cuenta se había profesionalizado de tal forma, en el que elegimos unas zapatillas u otras por los 50 o 60 gramos arriba o abajo, terminamos una carrera y rapidamente ir a buscar la lista de clasificados, miles de horas al ordenador organizando, analizando, mostrando al mundo nuestros entrenamientos, carreras, rutas, traks, tiempos… ¡PERO EN QUE DIABLOS SE HABÍA CONVERTIDO ESTO!

Que me había perdido esta verano mientras estaba por la montaña?? Pero no, simplemente es que había salido del circulo del que yo era parte de el…

La aparición en mi vida de una persona que no sabía que era el running, que se sorprendía al ver relojes capaces de decir a que velocidad nos movemos o que elegía sus playeros por su bonito color, el darme cuenta que mi mente no era capaz de entender como  una persona no sabía esas cosas, fue lo que hizo que me diera que estaba demasiado dentro de ese circulo…
Hacer montaña, el cine, cocinar, lo que fuera que no implicara correr almenos durante alguna de mis horas libres...

El Segundo paso
Dejé mi Garmin en casa, lo cambíe por mi primer kalenji que solamente da la hora (por cierto increíble los años que dura la pila), a partir de ese momento mis entrenamientos era hacer lo que me diera la gana hasta la hora de cenar.
Durante los primeros días me apetecía de todo menos correr, incluso algún día, vestido con los pantalones cortos y playeros, nada más salir a la calle me daba la vuelta, pues mi cabeza solo pensaba en cuanto faltaba para acabar antes de comenzar…
Con el tiempo el mono empezó a brotar en mis piernas, me plantaba objetivos… ir al punto A hasta el B y volver, nada más, sin importarme el tiempo, ni los km que fueran… Y curiosamente empezó a funcionar.
Al día siguiente volvía a querer ir al punto B, y al siguiente, no tenia ni idea si iba más rápido o más despacio que veces anteriores.
Cada vez que terminaba me sentía menos cansado, con ganas de más…
Seguí alejando el punto A del B, cada vez mis piernas me pedían más, sin darme cuenta estaba volviendo a empezar, como hacía dos años y medio cuando comencé a correr..
Ya no me sentia mal si un  día no podía correr.

El Tercer paso
Volver ha colgarse un dorsal era el paso definitivo, ver si volvería a disfrutar de una carrera de asfalto, del ambiente… El primer paso fue Trevías, donde seguí el consejo de un gran corredor a la hora de atacar las carreras, que me ayudaría a mejorar.
Y así lo hice, terminé la carrera sin grandes resultados pero con magnificas sensaciones, con ganas de hacer otros diez,  volvía a disfrutar corriendo, las malísimas sensaciones de la Maratón de Valencia y   sansilvestre pasaban al olvido, me sentía por buen camino.
Seguí sin usar reloj para los entrenamientos, y sigo sin hacerlo, volviendo a introducir el deporte en general y el correr en  concreto en mi vida.
Tres semanas después volví a ponerme un dorsal, he vuelto a poner en marcha el Garmin, y he disputado una nueva edición (la tercera para mi) de la Pedestre de Ribadesella,
Una entretenida carrera que este año me ha dejado un buen sabor de boca, he sentido de nuevo el poder volver a dar guerra, he conseguido terminar sin tener una sangría de posiciones al final por mi falta de paciencia o por mi agotamiento mental, he vuelta a tener las buenas sensaciones por las que en su día este deporte me enganchó, y como veis, he vuelto a tener ganas de escribir.

No se exactamente que significa todo esto, y volveré a sentirme otra vez dentro del circulo, ni si quiera si quiero volver a el.
Supongo parte de que me sienta con ganas de volver es por los mismos amigos que llenan la cabeza de números, estadísticas y graficas sobre carreras..
Por que quise hacer culpables a los demás cuando realmente el problema estaba en mi…

Supongo que en mi vuelva del Sahara  (dentro de dos semanas madre….) confirmaré si es cierto o no… pero después de este fin de semana creo que puedo decir que..
HE VUELTO