QUIEN NO CORRE VUELA

Reflexiones y paranoias de un Loco que no sabe de que huye pero prefiere correr que estarse quieto mientras ve la vida pasar

domingo, 29 de mayo de 2011

Un año después....

Un año después de mi paso por la Basílica de Covadonga en la edición 2010 de la Ruta de la Reconquista, este sábado tocó repetir.

Hace un año, cuando aun no me daba por escribir, pero si por correr, me lancé a disputar esta dura prueba.

Todo había empezado con la Media Maratón de Gijón de 2010, cuando mis piernas cargadísimas de kilómetros pidieron un descanso, y su forma de reclamarlo fue reventándome el piramidal en el kilómetro 18 de la citada media.

Aun recuerdo los calambres, los dolores en el gemelo, esa sensación que cada 20 pasos, un latigazo recorría mi espalda hasta el gemelo derecho dándome la sensación que metía el pie en un pozo.
Pero a veces puede más la cabezonería que el dolor, continué, entrando en meta cojeando y casi a hombros de un amigo, cayendo fulminado al suelo al cruzar la meta dando lugar a esta bonita instantánea.




Eso no me hizo parar, continué alternando entrenamientos con sesiones de fisioterapia mientras cada domingo continuaba compitiendo. No quería verlo, prefería ignorarlo pensando que así el problema desaparecía, ni por asomo quería oír la palabra lesión...

Tras la carrera de Puerto de Vega - Navia, me crei ya completamente recuperado, aunque en el fondo sabía que aquel día me había paseado en esa carrera, pero mi objetivo era terminar la última media maratón de la temporada dando lo mejor de mi... y asi llegue hace un año a la Media Maratón de la Reconquista, aquella edición con la presencia de Abel Antón..

Salí bastante discreto, pero mis piernas respondieron bien, afronté la subida lo más rápido que mi corazón me permitían pero cuando comenzó la bajada comenzaron los problemas, otra vez, otra vez...

Supongo que todas las lesiones son muy molestas, pero el piramidal, es de lo peor, porque solo da cuando llevas ya varios kilómetros recorridos o dependiendo del impacto del terreno, es decir, vas bien y cuando menos te lo esperas ahí esta, no te avisa, latigazo...

Afronté la bajada lo mejor que pude pero en el kilómetro 19 los calambres eran insoportables, cada uno que me adelantaba me daba ánimos incluso alguno me decía que parara, pero claro, de aquella mi cabeza no podía afrontar un abandono, y continué, llegando a meta cojeando, casi arrastrándome, esos dos kilómetros finales sumados a los tres de Gijón de ese mismo año han sido los peores que he sufrido en mi breve vida como runner...


A partir de ese día empecé un nuevo periodo, comencé a entrenar  más kilómetros, intenté fortalecer mis músculos y el que tal vez fue mi peor error, comencé a perder peso... (de 75 a 63 en apenas un verano). 

Fue el punto de partida de una locura, regida por los tiempos, mi única obsesión restar minutos al crono, correr, por la mañana, por la tarde, los fines de semana, me sentía fuerte, quería más, solo la maratón consiguió ponerme en mi sitio. Renunciaba continuamente a cosas importante por  correr, correr y correr...

Después de la maratón de Donosti comencé a disfrutar de este deporte, mi cabeza cambió, pues ¿ De que me servía entrenar noche y día si luego en una maratón el 50% de la carrera depende de la cabeza? y en ese momento mi cabeza no estaba en su sitio. 

Para disfrutar de este deporte es muy importante saber que papel desempeñas, ser consciente que eres un popular, que aparte de correr tienes otra vida, que no vivimos de este deporte, tiene que formar parte de tu vida, pero no convertirse en tu vida.

Desde ese momento sin estrés, sin importarme hacer un minuto más o menos en las carreras, sabiendo que no siempre se puede estar al 100% y no por eso hay que desmoralizarse, todo empezó a mejorar. Tanto los tiempos en todas las distancias, (curioso que cuando menos buscaba mejorar es cuando más se mejora), y a la vez en mi vida diaria, incluso descubrí que era eso del día de descanso.

Por eso, un año después de haber corrido la Ruta de la Reconquista, tras esta edición, me siento orgulloso de haberme convertido en el corredor que soy.

No he competido contra mil adversario si no junto a un millar de amigos,  solo miraba el reloj para saber cuantos kilómetros llevaba recorrido. Y esta vez en el kilómetro 19 volví a bajar el ritmo, pero a diferencia que el año anterior por los dolores de mis piernas, fue para hablar con un amigo corredor.


Deportivamente afronté la calurosa carrera en dos partes, la primera a un ritmo moderado para llegar con fuerza a la subida la que quería coronar rápida pero con oxigeno, y después en la segunda mitad, controlando la bajada para no sufrir daños en las articulaciones, pues no hay cosa que más odie que las bajadas de asfalto..

Aproveché la prueba para probar como reaccionaba mi cuerpo a la ingesta de un gel de glucosa, es la tercera marca que uso, siempre entrenando. La ultima que adquirí es KEEPGOING, que fue la única que entrenando no me dio ganas de vomitar y quería comprobar su funcionamiento en competición.


Todo perfecto, lo tomé en el kilómetro 8, no todo, una tercera parte del sobre, y ningún problema hasta casi el kilómetro 16 cuando el estómago empezó a hacer de las suyas, aunque también coincidió con un avituallamiento en el que tal vez me pasé bebiendo agua.


En fin, que no consigo encontrar el punto a los dichosos geles, habrá que seguir probando...


Pero lo más importante es que crucé la meta con ganas de tomarme una caña de las que nos ofrecía la organización y no con los dolores del año anterior.

Ahora a pensar en mi tercera participación en una carrera de montaña, el Sábado me espera el Pico Benzua.

sábado, 21 de mayo de 2011

Terapia Running

Con una semana laboral de 61 horas, y evidentemente faltando alguna que otra tarde a mis carrerinas diarias, hoy apetecía soltar las piernas.

Asi que, salir de trabajar, comer y a recoger a la patrulla para dirigirnos a Laviana, tierra que vio nacer y triunfar al fallecido atleta lanzador de jabalina al cual le dedicaron su I Memorial Jose Antonio Presas.

Algo más de cien corredores, con más motivación de participar que de disputar la carrera sobre el circuito lavianés, dieron la salida a lo que a priori nos habian informado iban a ser diez kilómetros llanos.


Nada, estos de Laviana que tienen torcido un poco el nivel, nada más salir primer repecho, y no fue el último.

Tras doscientos metros de cachondeo con los habituales, me di cuenta que la cabeza de carrera ya se encontraba lejos, pero no tanto el resto de perseguidores, así que cuando tomamos la recta de la carretera general, aceleré el ritmo hasta alcanzar un grupo que iba cómodo pero constante...

El calor apretaba sumado a la humedad y la falta de avituallamiento líquido hizo algo duro la carrera, pero hoy había ido a disfrutar.

Además quedó compensando por el entretenido recorrido de sube y bajas, llanos, asfalto, tierra y gravilla, habitual en las carreras disputadas en la zona.

Sobre el kilómetro cuatro, me aleje del grupo seguido con un tal Pablo que ya había coincidido en más carreras pero nunca había compartido tantos kilómetros con el, y más en mi que suelo ir solo, cosa que estoy cambiando las últimas carreras...

Así recorrimos bastante cómodos el resto del camino cruzando la meta con bastante público.



Esta carrera, que apenas horas antes no sabía si iba a disputar o no, en el fondo son las que más prestan, las que más relajado se sale, y al final la que mejor terapia ejercen, pues al menos durante una tarde hacen que mi cabeza se olvide de cables, tubos, y todo lo que tenga que ver con trabajar...

Como podéis ver las fotos son del reaparecido Rodrigo Vallina, que otra vez anda a la caza... 
Todos los corredores nos alegramos...

Según mi calendario próxima parada Media Maratón de la Reconquista, vendrá bien la subida a la Santina para afrontar el día 4 mi tercera carrera de Montaña, Benzúa.


lunes, 16 de mayo de 2011

La historia de como ir a correr una carrera de montaña y acabar descalzo en un coche policia

No, no es una película de Woody Allen, aunque cada vez este tipo de situaciones que me pasan se están convirtiendo peligrosamente en cosas comunes.

Pero toda historia tiene un comienzo, y la de la mía fue a las 6.30 de la mañana del domingo.

Una de las cosas menos bonitas de las carreras de montaña es que comienzan muy temprano, al igual que las Maratones de asfalto son muchas las horas que se pasan corriendo y claro, para terminar a una hora prudente pues hay que empezar pronto.

Así que con el coche cargado, Ruben, Jorge, un par de Migueles y el que escribe nos dirigimos a Ciaño a correr la II Carrera Valle de Samuño.


Mi segunda prueba en esta especialidad, aunque cuando terminé, la carrera del Asturcón me pareció casi hasta de asfalto.
Recogimos la excelente bolsa de corredor, plagada de regalos, camisetas, chorizo, braga (para el cuello), salsa de pimienta... si lo llego a saber no hubiera desayunado.



Después de varios minutos con dudas existenciales acerca de salir o no con la camiseta térmica, pues el cielo no pintaba bien, decidí salir abrigadito.

Tras un emotivo minuto de silencio en recuerdo del fallecido Marcos Hernandez, de esos que te ponen la piel de gallina, sobre todo viendo a su padre vestido con la ropa de faena y los bastones de trekking dispuesto a competir la enésima carrera siempre con una sonrisa y agradeciendo a todos nuestra presencia, dio comienzo la carrera.


Al principio un gran grupo comenzó muy rápido, casi a ritmo de asfalto, aunque cuando vi la primera cuesta, comprendí porque lo hicieron, eran una subida muy pindia y estrecha que era imposible adelantar, poco a poco fui adelantando posiciones cuando el terreno lo permitía hasta encontrar mi hueco que mantendría casi toda la carrera.

A los pocos kilómetros ya comenzaron los barrizales, había momentos que había que subir ayudándose de las manos, agarrándose le los árboles, y cada dos pasos los playeros derrapaban, y cuando conseguías pista para poder correr, el barro hacía imposible avanzar rápido.
Sigo sin acostumbrarme a estos avituallamientos casi más parecidos a un bar, con comida, distintas bebidas, lo que está claro que aquí un minuto más o menos no importa.


Así que entre barro, agua, atravesando ríos, subiendo escaleras, cayéndome muchas veces fueron pasando los kilómetros, el tiempo fue mejorando pero no lo suficiente para secar el terreno.




Es increíble como bajan algunos caídas casi verticales, y eso que a mi me gusta bajar rápido, pero en esos barrizales me era imposible mantenerme de pié.

Tres horas después de haber tomado la salida, crucé la meta,  más de tres horas corriendo, como una maratón, sin embargo no lo parece, cuando terminas no sientes que hayas tardado tanto en recorrer 22km como 42, pero es así...


Al terminar, lo primero fue buscar la manguera para intentar descubrir si debajo de toda esa cantidad de barro aún tenía puesto los playeros, para después darme lo que iba a ser un relajado masaje...



Maldito momento cuando me eche sobre esa camilla... Que de las chicas no digo nada, ellas hacen su trabajo, pero vamos, después de la carrera, con los músculos cargadísimos, cada vez que los dedos de las manos de esas dos chicas se introducían por mi doloridas piernas, me daban ganas de salir corriendo y volver al monte Samuño otras tres horas....

Asi me quedaron los Salomon

Cuando conseguí que esas dos simpáticas torturadoras me dejaran (es broma, se agradece mucho esos detalles después de una carrera), comprobé que Jorge había cruzado la meta, pero no un trozo de su rodilla que dejó en una piedra del camino, con lo que hizo una visita a la ambulancia para ver como era por dentro, el chaval siempre fue muy curioso.



Unos minutos despues, el cuarto de la expedición aparecio por el parque de Ciaño, pero no vino solo, se trajo diez kilos de barros y un tronco de árbol que el insistía en llamar bastón, pero en mi pueblo eso toda la vida fue un tronco...



Pués nada, mientras que Jorge seguía inspeccionando la ambulancia por dentro, los Migueles sacando fotos y Rubén buscando un sitio donde plantar el árbol que se trajo de Samuño me fui en busca de ropa seca al coche, y claro, después de dar el masaje, con los pies ya secos, no era plan de volver a ponerse los playeros mojados, así que me fui descalzo hasta donde yo creía que tenia el coche, que se suponía que estaba apenas a 50m de la meta.


Comencé a andar, y andar y andar... todo el rato descalzo, hasta que me vi en medio de un barrio de Ciaño, digamos... que ni bueno ni malo... un barrio de Ciaño, y apareció por ahí el coche de la Policía Local, que claro, con mis pintas, en pantalones corto, con los playeros en la mano, descalzo en mitad de la carretera de una barriada de Ciaño, me dijeron... "Tu.... estas perdido verdad..." No me digas como lo averiguaron...

Les indiqué que no encontraba el coche, que lo tenía en la carretera general de Sama, y resultaba ser que yo estaba caminando en dirección contraria.
Así que en vez de  indicarme el camino correcto, muy amablemente me subieron al coche y me llevaron...

Como es normal nunca había subido a un coche policía y menos atrás, es realmente extraño...
Parece hecho todo de una misma pieza, sin cinturones, sin manilla, nada... liso, insonorizado...
Así que ahí estaba, descalzo, en la parte de atrás de un coche policía, mientras los amables agentes de preguntaban sobre mi curriculum deportivo, que si corria muchas de carreras de montaña etc...

Cuando llegue a la plaza del la meta, me bajaron del coche, porque no hay mas huevos de salir del coche que no sea que te abran de afuera y me posé en mitad de la plaza.

Seguramente la gente en esta situación se sorprendería pero claro, al ver la gente que era yo quien bajaba del coche... ya les pareció más común.

Así que yo en el coche policía, Jorge en la Ambulancia y Rubén con su tronco, es la primera vez que el más normal del grupo es Miguel.

Chema y Miguel
No lo digo por decir, esta carrera creo que la recordaré durante mucho tiempo.

Ha sido la carrera más divertida de mi vida, me gusta el asfalto, pero la montaña tiene algo, menos competitividad, mas hermanamiento entre atletas (no digo que en el asfalto no lo haya pero aquí más), el paisaje, la naturaleza. 
La montaña es una pequeña gran familia que es imposible que no enganche a quien lo pruebe....

Pero tranquilidad eh... que no me retiro del asfalto ni mucho menos, aquí hay piernas para todos los terrenos....

No puedo acabar sin agradecer al grupo de montaña Lagueyo su excelente organización, ni un fallo, todo perfecto, y os aseguro que no tiene que ser nada fácil montar esta carrera...

domingo, 8 de mayo de 2011

Lección aprendida

Después de la media maratón de Gijón, la media maraton Ruta del Sella, estaba destinada a ser una carrera de transición, a la que ir tranquilamente, como se suele decir, un entrenamiento de calidad, de la que por el gran protagonismo que ha adquirido los últimos meses el campeonato de España de la distancia en nuestra región, y la proximidad de las fechas,  podía suceder que esta media Riosellana pasara sin pena ni gloria en la memoria de los corredores.... 


Sin embargo como suele pasar en estos casos, no ha sido así, tal vez haya sido la media maratón mas útil de mi breve vida como runner,  en la que más he aprendido...

Una vez carrera vespertina, esta vez conseguí buscar el punto de cuando y que comer, siguiendo consejos de gente que sabe de lo habla.
La táctica de carrera a seguir, pues básicamente salir, ver como me encontraba... y acabar lo mejor posible...

Pero nada más llegar a Arriondas fui secuestrado por un gran corredor, y amigo, el Chanwa Servando, que una vez cerradas las viejas heridas  Llanera-Chanwas de la dura guerra de la Media Maratón corazon de Asturias, decidimos compartir fuerzas para afrontar una media, que debido al poco numero de participantes (unos 150), se veía venir una carrera en solitario...

Para colmo, me olvidé el Garmin, menos mal que todos los kilómetros se encontraban perfectamente marcados, además ya puestos ha innovar, corrí sin mis habituales medias de compresión, y usé los playeros más ligeros que tengo, poco indicado para distancias largas, pero era día de pruebas...

A las cinco de la tarde, nos dieron la llamada a todos los participantes en la linea de salida, el director de la prueba nos indicó que íbamos a dedicar un minuto de silencio en memoria del fallecido Severiano Ballesteros, hasta ahí todo bien, pero no se le ocurrió otra cosa al hombre de la federación, que indicar el comienzo del minuto de silencio con un disparo, y claro, os podéis imaginar lo que paso... pues sí, el menda hizo el amago de salir corriendo, que le vamos a hacer...

El problema fue el gran esfuerzo que tuvimos que realizar para aguantar la risa durante todo el minuto, y para colmo, para indicar el final del minuto, otro disparo, y esa vez ya no fui el único que hice el amago de salir, es la primera vez que veo que utilizan este método, y por los resultados no ha sido el más indicado...

Y por fín, el tercer disparo que si indicaba la salida.

La táctica según la chuleta escrita en la mano de Servando era llegar al kilómetro diez en 39 minutos, y me costo, me costo el ir a ese ritmo, normalmente mi táctica es salir, hacer el diez mil primero en 37-38 minutos y luego sobrevivir el resto de la carrera. 
Había momentos que me cogía y me echaba para atrás para que no me escapara.


Una vez en el repecho del matadero, ya sobre el kilómetro diez, cuando me di cuenta estaba solo, había dejado unos metros atrás a Sevando, esta vez no me echo para atrás me dejo ir, había conseguido llegar al kilómetro diez bastante fresco, para mis piernas fue como si comenzara otra carrera, así que continué, prácticamente solo toda la carrera, solo la visita de dos corredores que me adelantaron, los únicos creo en toda la prueba.

A partir del kilómetro 14, ya veía lejos a los corredores que iban delante mio, con lo que no fui demasiado motivado para acelerar y aflojé un poco el ritmo, además la lluvia y el viento colaboró.. solo apreté un poco más en los últimos kilómetros para quemar lo poco que me quedaba.

Por fin, entrada en meta, con muy buenas sensaciones, una lección aprendida de un grande como Servando, descubriendo que correr con cabeza a veces es más importante que correr con corazón, sobre todo en las carreras largas...


Como anécdota la organización me dio un trofeo por la 4º posición senior, es lo que tiene las carreras con poca participación...
Pero el mejor premio, el haber disfrutado una tarde más con este deporte, con mis buenos compañeros de equipo y mis grandes amigos rivales...

domingo, 1 de mayo de 2011

Locura de Finde

Por fin llego.

Despues de medio año ya hablando de la Media Maratón de Gijón, ya paso... y menudo rápido, sobre todo para algunos...

Se veía venir que iba a ser una carrera de recors, mucha gente llevaba tiempo preparandola y el día fue propicio para cumplir los propositos.

Siguiendo el metodo Martín Fiz, el viernes de noche junto a otros dos competidores superamos los nervios pre-carrear (es broma) con un par de Paulaners.

En esos articulos de la Runners, Fiz debería indicar que las cervezas no sean Paulaners, porque por la mañana agradecí que la carrera fuera de tarde... Ultimamente tengo menos tolerancia al alcohol que un "Teletubi".

Así que después de recuperar fuerzas durante la tarde, bajé a la feria del corredor (nada que envidiar a la de la Maratón de Barcelona), donde ya nos juntamos los sospechosos habituales y alguno más.





Hasta ahora la carrera donde había topado más conocidos creo que fue en los 8km de Castrillón, ahora sin duda el ranking se lo lleva la Media Maratón de Gijón.



En un excelente ambiente, se dío la salida, al principio un poco de tráfico debido a que las chicas del campeonato de España salieron por delante del cajon de 1h 20- 1h25, y alguna había entrado en el campeonato con tiempos superiores a 1h 30, pero pasada la universidad laboral ya hubo pista libre.



Gracias los que me animaron con pancartas, se rumorea por ahí que era para Rafael Iglesias y no para mi, pero bueno, en mi imaginación....





Mi método de carrera pues el de siempre, salir a ver si aguantaba a tope los 21km, y bueno, me quede en el 15, ahí tuve que aflojar un poco pero al final pasé la meta en 1h 23min 15seg, mi mejor marca del año, y mi segunda media maratón Homologada más rápida, pero esta vez con muchos menos kilómetros de entreno y algún kilo más (la otra vez estaba en 62km), con lo que demuestra que antes estaba haciendo algo mal, pues sobre todo porque acabé la carrera y podía andar, no como antes.



Tan bien acabé, que después de un par de vinos con los amigos, y una buena cena Gallega, me fui a la cama a las dos de la mañana para poder acompañar al otro Popular de la casa (mi padre), a la Carrera Concejo de Llanes.

De la que conducía hacia Nueva de Llanes, en mi cabeza solo tenía una cosa, soy el único tonto que corrió la Media Maratón de Gijón y unas horas después va a Correr a Llanes...

Pues no, no fui el único, en total unos 10 repetidores nos presentamos en la salida....



Ahi, como siempre las mismas conversaciones, no hoy salgo despacio despues de lo de ayer, yo solo vengo a rodar... claro claro...

Según sonó el disparo de salida, el Garmin marcaba ritmos por debajo de 3min 30seg el km.
Seguí un rato a la cabeza de carrera, pensé que su extrategia sería aguantar dos vueltas a ese ritmo y luego escaparse... pues no, en el segundo kilómetro apretaron el ritmo y me dejaron solo con un aleta del Ribadesella, quien disputamos prácticamente toda la prueba juntos seguidos de cerca por un Josemi cada día mas rápido.


En último kilómetro se veía que la posición final se iba a disputar en sprin, últimamente ya no me motivaba el acabar las carreras así, pero hoy, ... para que mentirnos... me picaba...




Así que los dos aflojamos el ritmo después de la última subida, y como los grandes nos vigilamos a ver quien era el primero en escaparse, al final saqué lo último que me quedaba y conseguí aguantar el último tirón, según el garmín esos 50metros a meta fueron a un ritmo de 2min 40seg el kilómetro, que pena no aguantar así 21km.

Respecto a la Media de Gijón, solo un último apunte.

Nada más que volver a citar mis palabras del anterior Post, somos corredores populares, se que mucha gente puso mucha carne en el asador para conseguir buenas marcas en esta carrera, muchos lo consiguieron, pero otros cuantos no.

Para los dos Enhorabuena, y para estos últimos recordar que el martes volvemos a la vida real, a nuestro trabajo, o estudios, o paro. Practicamos esto para evadirnos, disfrutar, relajarnos, por supuesto que para mejorar, pero siempre disfrutando, que nadie se venga abajo, al fin y al cabo Gijón sigue siendo 21km como las demás medias, habrá más oportunidades.

También dar gracias a todos los corredores, voluntarios y organizadores que este sábado convertimos Gijón en la Capital de España del Running.

Entre todos recorrimos unos 38.000 km, solo 2000 menos que la distancia del ecuador de la tierra, este sábado el Running es un poco más grande gracias a todos....