QUIEN NO CORRE VUELA

Reflexiones y paranoias de un Loco que no sabe de que huye pero prefiere correr que estarse quieto mientras ve la vida pasar

martes, 27 de septiembre de 2011

Las chicas son Guerreras

He perdido la cuenta este año de las veces que mis piernas han superado los 40km del tirón, pues este domingo he sumado una más a este loco 2011.

Tras una larga semana con muchos kilómetros y entrenamientos con amigos, la Maratón xtrema de los lagos cerraba una semana que fue de todo menos aburrida...

Mientras en la mítica Maratón de Berlín Patrick Makau pulverizaba el record de Gebreselassie, aqui en Asturias 250 valientes nos enfrentamos a la mítica distancia, eso si algo menos llanos que en la ciudad Alemana.

Era la primera vez que me iba a colgar de nuevo un dorsal tras la Transalpine-run, y he de reconocer que ello valió para que no sintiera ni la mínima pizca de nervios, seria la 9º etapa de la TAR.

Fueron muchos amigos los que me felicitaron por el Finisher de la TAR, estoy seguro que alguno ahora estará leyendo esto, y como les digo en persona, no hicimos nada que cualquier otro no pueda hacer si se lo propone, ninguna de las ocho etapas de la Transalpine es tecnicamente tan dura como la Maratón extrema de los lagos, el mayor problema para terminar la TAR es saber razionalizar las fuerzas durante los ocho días.
Aunque por otra parte, como me dijo Juan y Teresa, (compañeros Asturianos que también compitieron este año en la famosa prueba), la frase de uno de los ganadores, Miguel Caballero era, primero hay que ir, luego correrla y luego acabarla... 

Se suponía que a esta carrera iba a acompañar a una persona que pretendía solamente terminarla, era primera maratón, así que iba a ser un día tranquilo (ingenuo de mi).

Tras pasar el Sábado en Cangas de Onis, intentado no liarse de noche,  bien temprano nos levantamos para enfrentarnos a la quinta edición de la Maratón de Lagos, tanto madrugamos que era a la salida de la prueba aun no lucía el sol.




Y asi comenzamos la prueba, el que conozca el recorrido o la haya echo pues nada que explicar, primero unos ochocientos metros de asfalto, en el que la gente empezó muy rápido para tomar buena posición para la primera y larga subida.

Asi nos pusimos a la faena Miguel, Marta y yo, los primeros kilómetros disfrutando del amanecer, sin parar de hablar (sobre todo yo) y sacando muchas fotos. Con un ritmo muy cómodo pero constante.


Cuando coronamos la primera subida, y el terreno era más factible, comenzamos a despertar nuestras piernas acelerando la cadencia, a partir de ahi fueron muchos a los compañeros que pasamos, Marta la jefa del equipo cada vez se encontraba mejor y marcaba un ritmo muy bueno.

Paramos en todos los avituallamientos, rápidos pero lo suficiente para recobrar el aliento y continuar la marcha, los kilómetros pasaban y el sol por el momento nos respetaba.
Resultaba muy difícil no pararse a contemplar el espectacular paisaje que nos rodeaba según avanzábamos, pero la prueba era larga, y cada minuto perdido lo pagaríamos al final....



Poco a poco me fui dando cuenta que lo del objetivo de simplemente acabar y disfrutar iba desapareciendo, comenzaba a sentir las piernas cargadas, el duro mes de Septiembre me pasaba factura, aunque no me imaginé que lo que más me iba a doler en la carrera iba a ser la cabeza....

Y así fue, a la llegada de la zona de las minas, el bonito paso de la via del tren, sin saber muy bien como paso, de repente me vi tendido en el suelo con un fuerte golpe en la cabeza, no podia ser, me habia comido una viga.

Además en una zona en la que pasábamos corriendo, afortunadamente Marta y Miguel se preocuparon por mi estado, eso si cinco minutos después de descojonarse de mi mientras me encontraba tendido en el suelo (ten amigos para esto). Menos mal que no la uso mucho (la cabeza).

El cachondeo duro casi hasta el avituallamiento del Lago encina, y cuando nos dimos cuento estábamos metidos en plena porra de Enol.
Apenas un mes antes habíamos realizado esa misma ruta, y era increíble ver como aquellos caminos que en su dia habíamos tardado horas en cruzarlos, en la carrera apenas dedicábamos unos minutos ...


Tras bajar la Porra, Miguel abandono la expedición, Marta y yo continuamos, cada vez a mejor ritmo, llegando a Covadonga en un tiempo bastante bueno, con lo que mal se nos tenia que dar para no terminar en las ocho horas dadas por la organización...

A partir de ahí comenzó mi pequeño calvario, Marta al revés que todo el mundo, cada vez iba más rápido, íbamos adelantando a más gente, el el km 30, atasqué en un barrizal y  los cuadriceps me obligaron a parar y regular mis fuerzas, era un aviso, estaba pidiendo demasiado a mi agotado cuerpo.

Conseguí volver a alcanzar a Marta tras saltarme el avituallamiento anterior al km 31, parecía que mis piernas volvían a estar en forma, supuse que los geles hacían efecto. Hasta que comenzó la subida al repetidor, donde de nuevo mis cuádriceps se colapsaron, esta vez pare más tiempo a estirar, si no no podía continuar.


Curiosidades de la vida, Marta, la chica a la que queriamos ayudar Miguel y Yo en su primera Maratón nos habia dejado atrás.

Después de ese momento no supe nada más de ella hasta la meta, cuando me enteré que no solo me había sacado quince minutos de ventaja si no que había conseguido subir al podium en la categoría absoluta de chicas y de senior femenino, sin palabras.
Hablando con ella, sigue sin explicarse de donde sacó esas fuerzas a ocho kilómetro del final, cuando todo el mundo quemaba sus últimos cartuchos y ella parecía que acaba levantarse de la cama, impresionante, supongo que hay veces que como se suele decir, tenemos nuestro día, Marta tuvo el suyo, para mi y para muchos fue la protagonista de esta edición de la Maratón de los Lagos, pero tambien estoy seguro que no solo va a ser un buen día, en una Maratón no existen las casualidades...

Con lo que el cartel de Féminas Asturias en la montaña se pone cada vez más complicado, las 4 primeras mujeres bajaron sobradamente de las seis horas, Nerea, Eva, Marta y Mariam, increíbles.

Por mi parte continue como pude la carrera ya en solitario, las piernas ya fallaban algo en las últimas bajadas, torcia los tobillos, caidas, bueno, lo normal cuando llevas ya tantos kilómetros.

Cuando pasé el cartel del kilómetro 40, a dos del final, miré la hora, y aun quedaban diez minutos para las dos de la tarde, con lo que iba a poder estar muy cerca de las seis horas.

Pasé el km 41 sin dificultad, una pista de un kilómetro de hormigón me separaba de la meta y tenia aun cinco minutos para llegar.

Pero algo fallaba, llebaba seis minutos corriendo, ya no veía balizas, ni voluntarios, y había recorrido ya más de los 42km de la prueba, definitivamente me habia perdido.

Al fondo veía el mercado de Cangas, pero ningun arco de meta.
Se acerco a mi una pareja, que me indico que fuera a la izquierda, que otro chico le habia pasado lo mismo, definitivamente estaba perdido.
Cuando llegue al cruce se lo dije a un organizador, que algo fallaba, faltaba una señal, y me dice, no se lo que pasa pero estais viniendo la mitad por un lado y la otra por otro.

Cuando llegue a meta, me explicaron que habia una baliza que habian tirado al pasar, y que si no estabas atento pues ibas defrente, y eso me paso, al fin y al cabo solo habia perdido unos metros y dos minutos, que comparado con seis hroas no era nada, pero cuando llevas tantos kilómetros cada metro de más parece que duele...

El resto de la organización sin problema, lo que pasa es que despues de la Transalpine, en la que era imposible perderse, porque cada cruce, cada duda que pudieras tener, la organizacion señazilaba el camino correcto con sprais especiales o cintas, ya sabeis, Alemanes, en ese aspecto perfecto, y claro, vengo aqui mal acostumbrado y no me doy cuenta que en las carreras de montaña tambien hay que tener algo de orientación.


Aparte de la alegría por la gran carrera de Marta, fue el ver cruzar la meta a Miguel y a Rubén. Los cuatro lo habíamos conseguido. Un día para recordar que cerramos con una gran espicha.


Esta semana cambio de terreno, me he inscrito a la carrera popular Lastres - Colunga, me ha costado tiempo acordarme de cual ha sido la última carrera que he realizado sobre asfalto, creo que ha sido la media maraton de Laviana, en el mes de Julio.

Desde que empecé a correr hace ya dos años, nunca habia pasado tanto tiempo sin competir en asfalto, veremos como reaccionan mis piernas al cambio de terreno... Lo mejor será el reencuentro con much@s amigos....

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Bluesky

Hoy he vivido un día de esos que me hacen olvidar la rutina.

La odiada rutina que soy todavía incapaz de adaptar a mi vida tras la Transalpine-run.

Una visitar tempranera a mi cada vez más familiar Ubiñas, aunque esta vez sin hacer cumbre en ninguna peña, pues es lo que tiene los corredores de Trail, que son capaces de pasar alado de la ladera de una montaña y ni si quiera pensar en subirla.


Hay millones de formas de vivir la montaña, y aunque me gusta muchísimo el Trail, sigo sin encontrar la gracia a eso de rodear montañas en vez de subirlas, supongo que parte de culpa de que me pase eso la  tiene mi amigo Jorge quien comparte la misma opinión.

Con o sin cumbre, un espectacular cielo azul sobresalía de la siluetas de Peña ubiña, haciendonos sentir desde abajo pequeños e insignificantes comparados con la grandeza de estos gigantes rocosos.

Ese color de cielo ya es imposible divisarlo desde la ciudad, pues la intensa nueve de contaminación (que se ve) proveniente de acerias, plantas energéticas o similar, tiñen ese cielo de tonos grises y amarillentos.

Es imposible no ponerse filosófico cuando llevo muchos días intentando asumir que mi vida está en la ciudad despues de haber vivido tantas experiencias montañeras este verano.

Impresionante cielo azul



Verano que cada vez se consume más, se que siempre pasan rápidos, pero este año ha sido mucho más.

Solo el mirar atrás y hacer resumen de todo lo vivido hace que parezca que realmente lo he aprovechado.
Han sido numerosas las experiencias muy distintas a las realizadas con anterioridad, desde la Ultramaratón atlantica, mi introducción a las carreras de montaña, los Dolomitas, la Transalpine-run.

Un gran numero de locuras y kilómetros que en vez de apagar mi sed insaciante de aventura no ha hecho más que agrandar mis ganas de asumir retos mayores.

Para empezar mi "cerdito-huca" ya ha comenzado a recaudar dinero para próximos proyectos, entre ellos el que más me sigue llamando es la Maraton Solidaria del Sahara, también sobre mi cabeza ronda la Trasmallorca, muchas idaes, problema como siempre, tiempo-dinero.

Pero lo que está claro que a veces cuando menos planeas tus retos, cuando a la vista se divisaba un verano tranquilo este de 2011, al final se convirtió en uno de lo más singulares de mi vida.

Tal vez lo mejor sea no planear nada y esperar que me tiene la vida preparada. (no me lo creo ni yo)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Finisher

Me sería más fácil volver a correr ahora mismo 50km de monte que escribir una crónica tan compleja como esta.

Aunque nuestro vocabulario castellano se nutre de miles de términos capaces de expresar con palabra la mayoría de situaciones y sentimientos, en este caso se me esta haciendo difícil buscar esas palabras adecuadas que describan lo vivido durante los ocho días de carrera vividos en la Transalpine-run.

Hace un Año que comencé a escribir este Blog, no soy de los que pongo el numero de visitas que tengo  ni datos estúpidos que no aportan nada, supongo que escribir es para mi una terapia al igual que correr, me relaja, me desahoga, a veces incluso me agobia, es mi estado de animo expresado en letras.

Y yo no creo en las coincidiencias, nada pasa por nada, incluso que este primer aniversario coincida con la experiencia deportiva más grande que he vivido en mi vida, incluso mi vida personal, todo ha coincidido en un mismo punto al mismo tiempo, es imposible que todo esto sea coincidencia.

Cuando comencé a redactar este blog, mi vida era pura energía sin canalizar, estrés, euforia continua, solo el correr conseguía relajarme, había descubierto una forma nueva de vivir, más sana, más fuerte, que me aportaba más.

Me empecé a convertir en una persona social, cada vez quería estar menos tiempo solo.
Poco a poco el deporte solo se convirtió en la escusa, había creado una pequeña familia postiza. Mi desequilibrada vida me encantaba, no sabía a donde iba ni porque, pero acaso importaba?

Tal vez cometí el gran error que querer sacrificar algún rastro de mi vida anterior, quería que fuera un cambio total, pensaba que todo aquello que había significado mis últimos años era todo malo, y no era asi, solo era diferente...

Pero no todo fue bonito

Obsesión

La afición se convirtió en obsesión, la carreras en una  obligación, los entrenamientos en castigos.

Más rápido, más rápido, no importaba nada más, solo llegar del punto A al B lo antes posible, daba igual por donde, si cuesta arriba o abajo, semana tras semana, me daba igual la ciudad o el pueblo, al fin y al cabo el único recuerdo que me quedaba de la carrera era el color del negro asfalto y algún destello blanco de las lineas discontinuas de la carretera.

Un minuto menos, hay que mejorar, dos minutos menos, no es suficientes, más rápido........... más rápido, solo había que mover las piernas más rápido, tan sencillo y a la vez tan complejo.

Me encantaban los alagos, el escuchar... "Cómo has mejorado" o  "Menuda carrera". Competía hasta contra mis sombra.
Ni dolores musculares, incluso lesiones, no quería ser un popular más, necesitaba estar un escalón por encima, era mi vida.

Ell@s

Afortunadamente, lo único que me mantenía un poco cuerdo dentro de mi propia locura eran ellos, los amig@s,  los que te dicen, te estas pasando, o te muestran que lo mejor lado del atletismo popular, el antes y del después de cada carrera.

Los amigos que corren sin reloj, se ponen el dorsal por obligación y acaban las carreras riendo y no casi llorando de dolor.

Poco a poco se fue acabando eso de ir toda la carrera mirando hacia atrás para ver quien podía adelantarte, a las conversaciones previas de... "cuanto vas a hacer?" o después "cuanto hiciste".

Se terminaron las justificaciones el "no hoy sali a rodar" o "voy tranquilo que estoy preparando una maratón"  "hoy fui despacio que esta semana entrene mucho"

Respuestas a preguntas que nadie había hecho, justificaciones innecesarias que convierte el hobby en obsesión.

Volví al principio, a cuando corría para disfrutar, lo más importante ahora de cada fin de semana era la comida de después de correr o las cervezas vespertinas.

Orgulloso de ser un Popular más

Que al fin y al cavo es lo que siempre había sido, pero no sentía.
Aunque realmente esa obsesión no es culpa nuestra, solo hay que poner la TV media hora y es fácil de comprender.
Nos bombardean mensajes de superación, correr mas y mejor, corre más rápido, etc etc...
Logos de marcas que nos tratan como carnaza para seccionar nuestras carteras para consumir sus productos.

Somos un buen negocio los populares, a mas kilómetros, más zapatillas gastadas, más dinero para ellos, más obsesión para nosotros
Nos inundan las revistas con entrenamientos, series, preparaciones para maratones, medias maratones, ultramaratones, ya no importa el medio solo el fin, coleccionar carreras, camisetas, dorsales usados, somos capaces de recordar los minutos y segundos de nuestro último 10.000 después de meses pero no nos acordamos con quien fuimos ese día en coche, o donde comimos después, o que conversaciones tuvimos post carrera. Solo minutos segundos,  nuestra vida luchando contra un cronómetro.

Desalfantandome
Jamás culparé a las carreras de asfalto de mi mala medida, nadie nos obliga a hacer nada, pero cuando hace unos meses descubrí el Trail Running, fue amor a primera vista.
Es la autentica sensación de libertad, naturaleza y atleta, levantar la vista y divisar la montaña, el color verde y gris del monte, llenar los pulmones de oxigeno, esquivar vacas y no coches.
No creo conocer a nadie que me sepa dar un motivo real por el que no amar este tipo de competiciones.
El reloj pasa a un segundo plano, los ritmos ni tiempos ya no tienen la misma importancia.
Poco a poco comenzaba ni nueva etapa deportiva.
Desde aquella primera carrera de abril, hasta hoy, cinco meses llenas de nuevas experiencias, caidas, mucho barro, alguna torcedura de tobillos, poco a poco quitando el miedo a las bajadas y aprendiendo a sufrir subiendo, cambiando el chip, el caminar es parte de las carreras de montaña, al igual que admirar los paisajes, o pararse en los avitullamientos. Cosas tan nuevas para mi en aquel momento y ahora tan familiares...

Y en menos de medio año llego la Transaslpine-run, no voy a contar por enésima vez como acabe ahí, tenéis mis post antiguos para leerlo ni el resumen de cada etapa, también podéis verlos en Tar Project 2011

Lo que si me gustaría es comentar la parte menos deportiva de la TAR.
Que hace que sea una carrera diferente, que la gente entrene meses para disputarla y se deje una verdadera pasta.
Lo más importante es la participación por parejas, no solo es la horas que se pasan en carrera que son muchas, son las 24 horas del día, los ocho dias de la carrera mas los dias antes y después.
Casi medio mes, por eso la importancia de escoger bien al compañero.
En mi caso no tuve ningún problema, ya son muchas las convivencias con Jorge, en ese aspecto estaba seguro que no había problema.
Pero para aquellos que decidan ir con alguien que no tengan tanta confianza, tener en cuenta que no hay termino medio, o se acaba hasta los huevos del compañero o se crea una gran amistad.

Otro punto que la hace especial es el despligue de medios de la organización, una mini ciudad que se mueve diariamente entre pueblos alpinos, unas mil personas entre organizadores y corredores. Increible los pocos fallos que hay para la envergadura del evento.

La parte mas destacada es la cantidad de días, los periodos de recuperación son esenciales, varios dias seguidos corriendo distancias mayores a la maratón, es increible que el cuerpo aguante, pero aguanta.

Y por su puesto la suerte, hay tantas cosas que te pueden salir mal, que lo raro es que todo salga bien, por muy bien que lo entrenes, o fuerte que te sientas, una torcedura de tobillo en casi 300km es muy normal, una caida, una sobrecarga.

En mi caso he tenido la mayor suerte, no he sufrido ni una angüeña, ni grandes sobrecargas, no es lo normal, y vuelvo a decir que es pura suerte, no depende de la preparación o la fotaleza, pura suerte.
Mi compañero estaba tan preparado (o tan poco preparado) como yo, y desde el primer día las heridas en los pies le hizo pasarlo mal.

Para el fue muy frustrante verse físicamente con fuerza pero tener que sufrir por culpa de las heridas causadas por un calcetín inadecuado o una venda mal puesta, pero esto es la TAR.

Cuando llevas ya varias etapas, por las mañanas te encuentras con las mismas personas, acabas por creer que son gente de tu barrio, o que llevas toda la vida coincidiendo con ellos en carreras, son muchas horas, tanto en carrera, como en el Camp, en las Pasta Party, la convivencia en esa situación une a la gente...

Evidentemente no todo es bonito, nos hubiera gustado encontrar unas etapas con mucho menos asfalto, más cuestas, más técnicas... Aunque sea como sea, todos desde el primero al último nos hemos emocionado más que en ninguna carrera al atravesar el arco de meta del último kilómetro de la última etapa, es inevitable...

Tal vez no hemos hechos las cosas por orden, la TAR es para el corredor de Trail lo que el Tour para el ciclista, aunque puede que esa falta de preparación, el habernos metido en todo esto con apenas tres semanas para prepararlo es lo que nos ha ayudado a conseguir ser Finishers.

Es duro ver a amigos retirarse, gente que sabes que se merece mas que nosotros acabar, verles lesionados, saliendo día a día con muchos problemas físicos, sufriendo desde el kilómetro uno.

Para mi, el momento más duro vivido fue la segunda etapa, la de 52km, que despues de correr una maratón, nos metieron cuatro kilómetros de asfalto y para acabar una subida de las que hacen daño, mirar atras, y ver a mi compañero, arrastrando los bastones, moviendo la cabeza de un lado a otro, casi más superviviendo que corriendo, la impotencia de no poder hacer nada, de que mis animos ya no servian, una mala gestión de la glucosa le dejo totalmente vacio, podia haberme pasado a mi, y lo hubiera preferido.

Y ver a mi compañero continuar, cuando otros corredores se retiraban por heridas menores que la de el, y no solo salir, si no correr, subir y bajar sin reservar nada.
Lo que tenia claro desde el primer día es que la camiseta no queria que me la regalaran, queria sufrirla, sudarla, ganarmela, y nos la hemos ganado...

FINISHER.

Cuando comienzas la carrera no le das importancia a esa palabra, solo piensas, hay que acabar, hay que vestir esa camiseta, solo se repite esa palabra, camiseta, pero, finisher no es una camiseta.
Finisher es un sentimiento, llegar al final, mirar hacia atras y ver el camino recorrido, lo sufrido, aquellos valles, esos paisajes, la gente animando, cada noche del Camp, las Pasta party, el cansancio acumulado... incluso, la pena de que todo terminó....

El volver a la rutina, a nuestras casas, a nuestros trabajos, toda esa gente, que ojala no sea la ultima vez que coincidamos, los compañeros del Training Camp,.... finisher es más que una camiseta.



Go Home

Si ya es dificil volver a la rutina un lunes despues de un fin de semana de carrera, imaginaros despues de casi medio mes...
El Lunes en munich el martes trabajando.. muy pero que muy duro.

Además que es imposible volver de algo así de la misma manera, llevo dos días pero mi cabeza sigue en los Alpes

El recibimiento ha sido muy caluroso por parte de los amigos, casi como héroes, o más bien supervivientes, así hace un poco mas fácil el retorno.

Tengo que ponerme uno momento serio

Se que estas palabras que escribo van a ser leídas por dos personas, que aunque me han hecho mucho daño, no les tengo ningún rencor, pues la vida hay que moverse a veces por los impulsos, por la parte más irracional de nuestra mente y corazón.
Hay momentos que es inevitable hacer daño a otros para ser feliz.

Yo he vivido mi sueño, mi locura particular, en donde otros veían barreras y pegas, yo vi una oportunidad, he superado los límites de mi cuerpo y la mente, para ello no use el odio, ni la rabia, si no el amor, el sentir que al otro lado de esa lejana meta estaba esperando alguien quien de verdad me valora por quien soy realmente y no por lo que hago.
La vida da tantas vueltas, no siempre al final de esa meta está esperándote la persona que esperas...

Mi verdadero finisher no ha sido cruzar la meta de la octava etapa, ni la camiseta, ni la medalla, si no el abrazo aquí ya en Asturias, de una persona  que me ayudó durante toda mi aventura estando a miles de kilómetros de mi, con ese abrazo si que me sentí finisher de la Transalpine-run