QUIEN NO CORRE VUELA

Reflexiones y paranoias de un Loco que no sabe de que huye pero prefiere correr que estarse quieto mientras ve la vida pasar

domingo, 7 de agosto de 2011

Añoro un día normal...

De verdad que cuando tenga un día normal en mi vida me va a parecer extraño...

Hoy la tropa de siempre, nos presentamos en Tolivia para disputar la carrear de Les meloneres...




La semana pasada estuve reconociendo el circuito, aunque hoy me consto convencerme que era el mismo recorrido.

Debido a la lluvia de ayer, y según me comentaron, el gran numero de personas que esta semana había ido a entrenar por la zona, el terrero se complicó bastante, muchísimo más barro y zonas pisadisimas, y en comparación con el pasado domingo, mucho más calor..
Pues nada, que dio comienzo la salida, sabía que en el km 6 comenzaba una larga y dura subida, pero claro, desde mi Garmin decidió irse de vacaciones con Pancho el de la primitiva (sabe Dios donde estará), y mi falta de memoria, pues me encontré la subida cuando las fuerzas ya faltaban, pero poco a poco conseguí coronar la cima, para empezar la bajada, bajada que creo que me acordaré de ella durante unos días....



Pues en el Km 12 aproximadamente (ya digo que no llevaba garmin), mi tobillo crujió, pues mis playeros de tacos son ideales para barro, pero en las zonas de hormigón, era como ir en patines...
Y el crujido se convirtió en dolor....

Claro está que no paré, en caliente nada duele tanto como para retirarse, así que tras mi encuentro con Jorge, (que hoy se cambió al papel de fotógrafo y me obligo a simular una caída, pues el cabrón se puso en el peor sitio para conseguir una instantánea de algún corredor por los suelos).... llegue a meta.

Lo primero después de un manguerazo fue poner hielo, y bueno a priori no parecía nada grave, pude incluso estar toda la espicha post carrera danzando sin problema.


Hasta que sobre las seis de la tarde, después de estar un rato sentando, apareció, un huevo gigantesco alrededor de mi tobillo, y con el una inevitable cojera....



Así que siguiendo las recomendaciones de Ana y de otros corredores ya más experimentados en estos temas, me fui a la playa y junto a varias señoras mayores  me dedique a dar vueltas por la orilla con los pies dentro del agua...
Que bonito que todo hubiera quedado ahí no?, pues no, para variar tuve que ir un paso más allá... Quería buscar la solución rápida de solucionar el hinchazón constara lo que constara para mañana volver a entrenar..

Así que pastillas de voltarén, crema antiinflamatoria, pero seguían sin gustarme los plazos de recuperación, y claro cuando tienes una buena amiga enfermera.....

Así que me comentó algo de  ponerme antiinflamatorio de forma intramuscular.... Claro par aun inexperto como yo en la materia, eso suena muy bonito... pero todo cambió cuando me di cuenta que eso de de ponerme antiinflamatorio de forma intramuscular, traducido al lenguaje coloquial era pincharme el culo con una jeringuilla....

Por si alguno no sabe el amor que siento yo a estas herramientas sanitarias podéis leer mi entrada Belonefobia.

Así que me arme de valor, (después de llorar un poco), me puse en situación y................... bufff.... según sentí el pinchazo salte, la jeringilla salió y la sangre también, y la aguja quedo muy cerca de la cara de la enfermera... en ese momento me puse blanco, bajón de azucar y medio colocado, y lo peor de todo es que no pudo ponerme la dosis...

Así que tras casi 15min para recuperar... volvimos a la faena... y esta vez si, aun siento escalofríos recordando el momento de ese pedazo de metal atravesando mi piel y ese líquido recorriendo mi cuerpo... dios... pero de verdad, en el siglo XXI y todavía seguimos con métodos tan arcaicos.... en fin..

El colocazo que pille aun me dura mientras escribo esto, el pie sigue hinchado, pero yo ya tengo la maleta preparada para entrenar mañana, la esperanza nunca se pierde...

1 comentarios:

Rubén Rodríguez Villa dijo...

Ye precioso dar paseos con señoras mayores.

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