QUIEN NO CORRE VUELA

Reflexiones y paranoias de un Loco que no sabe de que huye pero prefiere correr que estarse quieto mientras ve la vida pasar

martes, 18 de octubre de 2011

Esto se acaba

Ha debido de agotarme bastante esto de subir al Pienzu Corriendo, pues me ha costado ponerme a escribir la crónica de dicha carrera, será que en esta recta final de 2011 ya falta energía, pero motivación me sobra...

Toco sábado madrugador, aunque cuando es para un evento de este tipo merece la pena.

Tal vez pudo ser la vez que mas he tardado en recorrer la distancia que separa Gijón de Arriondas en coche, una intensa niebla y el piloto que se paso de prudente me daba ganas por momentos de ir andando por el arcén para ahorra tiempo, pero de todas formas conseguimos llegar a tiempo para recoger nuestro dorsal.

En esta ocasión no tenía ni idea del recorrido de la prueba, había subido varias veces al Pienzu pero en todas las ocasiones desde el mirador del Fito, con lo que prácticamente todo el recorrido desde Arriondas era nuevo para mí, aunque viendo el perfil de la prueba parecía que mucho misterio no habia... Subir y bajar por el mismo sitio...

Parte de lo que hacía especial esta carrera, es que tras el cambio de fecha, hacía que fuera la última de la temporada, y para mi la última de mi primera temporada en carreras de montaña.

Seis meses han pasado desde aquella primera vez que me colgué un dorsal para competir fuera del asfalto, concretamente en la carrera del Asturcón, en Llanera, 
Quién me iba a decir hace medio año, aquel día cuando coronaba la subida del Naranco, todas las experiencias que iba a vivir en los siguientes meses... 
He vuelvo a leer la crónica que escribí en aquella ocasión, aquella primera cuesta que me encontré y me vi andando por primera vez en una carrera ya que mis piernas no me permitían ir más rápido.
Mi primera caída al barro, el dolor de cuádriceps, el parar en los avituallamientos, mi primera espicha de carrera de montaña... Fue amor a primera vista...
Unos pocos meses despues a los Dolomitas, y de ahí a la Transalpine, la vida puede ser realmente sorprendente...

Bueno tras este pequeño flashback volvamos al Pienzu...

Los primeros kilómetros eran de asfalto, y para que mentir, estaba super cómodo rodando a ritmos por debajo de cuatro, sabía que eran poco y podía recortar un minuto o más a los que luego me adelantarían subiendo.
Las primeras rámpas muy llevaderos, terreno ancho para adelantar, no muy técnico, algo sombrio y con niebla pero no duraría mucho...

Como me suponía perdí alguna posición, hasta el primer avitullamiento donde encontré un grupo de compañeros que seguían un buen ritmo e intente continuar con ellos, entre ellos Seve e  Ivan Torre.

Llegamos muy juntos hasta el segundo avitullamiento, justo antes del la verdadera "gracía" de la carrera, conorar el picu hasta la cruz.
La primera parte un camino empedrado que ya conocía de hacer el recorrido desde el mirador del Fitu, tras ello una dura rámpa de las que casi dan ganas de subir a cuatro patas.


Cuando comencé su ascenso los corredores de cabeza aparecieron a mi lado bajando como verdaderos kamikaze, más tarde me enteré que se estaban jugando no solo la carrera si no la copa Asturias de Carreras de montaña.

Como pude, ya digo que casi arrastrándome llegué a la cima, la vista era espectacular, la niebla se había quedado en el Valle y el cielo arriba estaba totalmente despejado, lo peor que la temperatura había aumentado, el tipico calor de Octubre jejej..

Apenas tome dos segundos un pequeño aliento y comencé el descenso, prácticamente hasta meta era bajando, siendo la parte más rápida la primera, que a su vez era donde me cruzaba con el resto de compañeros que aun ascendía.
Me alegré mucho al ver a Rubén tan cerca, está claro que los entrenamientos dan su fruto....

La bajada del camino empedrado hasta el avituallamiento es el claro ejemplo de que la competición te da un punto que es imposible tenerlo entrenando, pues por esa rampa había bajado varias veces pero jamás a la velocidad que lo hice el sábado, el tener referencia delante mía y la propia competición hacía olvidarme de que en cualquier momento me podía dejar un tobillo por el camino..

Tras reponer fuerza en el avituallamiento continué el camino, detrás de Seve quien me abría camino en las zonas más técnicas, y me sentí tan cómodo que continuamos juntos hasta la meta.

A la vuelta del asfalto pudimos ver como el cambio de terreno hacía estragos en muchos corredores, en mi caso, creo que la elección de los playeros fue básica, pues aunque en zonas de barros echo de menos algo de taco en la suela, cuando el terreno es duro, o incluso en asfalto, la buena amortización da un respiro a mis gemelos y cuádriceps.



Cruzamos la meta en 2 horas 19 minutos, y con muy buena sensación, tranquilamente hubiera recorrido algún kilómetro más...

Ha sido un gran cierre de temporada montañera. Y para finalizarla mejor, este fin de semana regreso a los Alpes, tal vez donde empecé a perder la perspectiva de lo que es duro o no..........

1 comentarios:

Bel_ga_rion dijo...

Felicidades por la carrera. Ahora el monte para entrenar y a esperar a primavera para más carreras. Hombre ya se que yes de Gijón pero el Asturcón ye en Oviedo.

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