QUIEN NO CORRE VUELA

Reflexiones y paranoias de un Loco que no sabe de que huye pero prefiere correr que estarse quieto mientras ve la vida pasar

jueves, 22 de marzo de 2012

El Reencuentro

Por fin, parecía que no iba a llegar, pero al fin he comenzado la temporada de Trail Running (que profesional suena eso del trail running)...

Como los grandes amores, no es uno consciente de lo que se quiere hasta que no se tiene, y eso me ha pasado con las carreras de montaña.

El pasado sábado tome la carretera dirección al Bierzo para tomar parte de mi primera participación en la Carrera Alto Sil.

El plan como siempre en estos viajes "flash", gastar poco y pasarlo lo mejor posible.
Por circunstancias me toco realizar el viaje solo, aunque nada más llegar a Santa Cruz, me sentí bien arropado.

El esperado reencuentro con las carreras de montaña iba paralelo al de volver a ver a los viejos conocidos runners, que al igual que yo, ya estaban ansiosos de probar sus piernas sobre los mareantes desniveles de las carreras de trail.

Para conocer la zona me recorrí los dos primeros kilómetros de la carrera y viendo las pintadas de la salida me dieron mucha motivación...


Tras una entretenida tarde de cervezas  comenzó el briefing, (lo que viene siendo la charla) previa a la carrera, lo más destacado la insistencia de la organización del malísimo tiempo que se nos venía encima, pero yo no lo comprendía, esa misma tarde había recorrido parte de la carrera y en el horizonte no se veía ni la más mínima señal de nieve... supuse que simplemente pretendían que fueramos prudentes y no iba a ser para tanto..


Tras la charla, la pasta party, por 5 euros, la organización nos dio de cenar macarrones, embutidos, vino, postres, música y muy buena compañía...


Eran las once de la noche, muy pronto para dormir, pero tampoco había mucho que hacer ya, así que cogí del coche el saco y la colchoneta y me fui a dormir al suelo del salón de actos donde habíamos escuchado la charla técnica, supongo que así dicho no suena muy bien, pero tras una semana de dormir en el suelo de una casa de adobe y como baño un agujero, para mi ese salón de actos era un lujo..

Antes de que el despertador sonase, el vaivén del resto de corredores por el salón ya me habían despertado, comencé a prepararme mientras oia al resto de participantes algo sobre una nevada o similar... no se... no le prestaba atención...

Cuando abrí la puerta de aquella casa no me lo creía, era como si de noche me hubieran transportado a otro lugar, aquel no era el pueblo que recordaba de la noche anterior, este era mucho más... BLANCO...

Una capa de nieve cubrió todo Santa Cruz del Sil, las montañas de alrededor se divisaban totalmente blancas, las perdiciones habían sido correctas...




Menos mal que para entrar en calor la organización nos invitó a un buen desayuno para reponer energías, las ibamos a necesitar, más de 30km cubiertos por nieve nos esperaban en un par de horas..


Comenzó a llegar gente, unos 400 corredores pasamos el control de salida, todo listo para dar comienzo al fin a la primera carrera de montaña del año, con tres capas de ropa encima, guantes y  polainas comenzamos la cuarta edición del Alto sil...


Aunque no suelo correr con mucha cabeza, la táctica esta vez estaba clara, intentar llegar con fuerzas a la cumbre del collao de "la campona" en el km 17 y echar el resto después...

La salida como siempre muy rápida, era terreno compacto y aunque algo estrecho era fácil hacerse hueco para adelantar, poco a poco según ascendíamos el frio era mayor, las piernas no llegaban a calentar y casi dolía respirar el aire tan frio, después de dos meses de un invierno sin nieve había caído todo esa misma noche.

El pelotón como es habitual se comenzó a estirar, me sentía muy comodo, tal vez demasiado, pero era mi primera carrera tras el Sahara y hasta que no llegara al km 17 no las tenía todo conmigo..
Tras la larga primera subida de unos tres kilómetros el paisaje cambió por completo, comenzamos a descender por un cortafuegos totalmente nevado, ya no había camino seco, por narices teníamos que bajar sobre la nieve, y fue espectacular...

Una serpenteante bajada rodeada de arboles totalmente cubierto por nieve caida hacía apenas unas horas, era muy facil clavar los pies sobre la ella lo que permitía hacer un descenso rapidísimo, me lo estaba pasando en grande y disfrutando como nunca, ya había olvidado lo divertido que eran estas carreras, aun quedaba muchos km y mucho que sufrir, pero aquel blanco paisaje hacía que fuera más facil...


Cuando llegamos a Páramo un montón de gente estaba animando, lo siguiente que nos esperaba era el duro ascenso hacia la campona, así que había que disfrutar esos momentos más afables de la carrera...

Durante el ascenso la temperatura cada vez era más baja y el camino estaba más nevado, había tramos que se me hacía imposible correrlos y el resto preferí hacerlos andando hasta llegar a la cima, la imagen era espectacular, a lo lejos en mitad de la nada se divisaba un arco que indicaba el punto más alto del recorrido.

Me resultba casi increíble como en menos de un mes había estado  corriendo por estos dos parajes tan opuestos..

Desierto del Sahara

Campona en el Alto sil


El avituallamiento de la cima era una casa de piedra con chimenea, que ofrecían agua, acuarius y queso.. si si queso...yo apenas paré, el frio era insoportable y quería comenzar a bajar lo antes posible.

Nos juntamos tres corredores durante el descenso, durante el mismo probé el tacto de la nieve sobre mi culo por un momento (usease que me caí), pero seguí rápidamente, no quería separarme de los otros dos corredores que me estaban llevando a un ritmo de locura...
Había que agacharse cada poco para pasar por debajo de los árboles en mitad del corta fuego lo que hizo si cabe más entretenida la bajada, en apenas unos minuto ya estábamos en el siguiente avituallamiento.

A partir de ahí comenzó la parte más amable de la carrera, una zona bastante llana paralela al rio, y a veces directamente por el rio, en mi caso lo comprobé bien cuando caí literalmente dentro de el y lo peor de todo es que me costo dos intentos el salir de el, enseguida note la helada agua en mis pies, pero ya casi al final de la carrera era un problema menor...

Cuando ya creía que todo estaba apunto de terminar comenzó el último ascenso, y aunque a priori no era demasiado duro los kilómetros acumulados pasaron factura, era una interminable pista que giraba alrededor del monte, por momentos me apetecía subir a cuatro patas pero había demasiada gente mirando...

Pero como siempre pasa, poco a poco conseguí llegar a la cima, el público que había subido a animarnos nos alentaban indicándonos que ahora todo era cuesta abajo...

Por fin divisé el km 28, sol uno a meta... pero sin embargo algo raro notaba, no oía el típico ruido de la megafonia de la zona de meta ni divisaba las casas del pueblo a lo lejos.. bueno.. pensé que igual eran 29km y unos metros.. no pasaba nada....
Paso el km 29 y sigo sin oir ni ver nada, unos corredores me adelanta y me dicen... solo queda una subida y luego bajada a meta...

!UNA SUBIDA!!!! EN EL KM30, yo estaba totalmente convencido que había leido que la carrera en 29km, y ahora resulta que eran 31 y quedaba una cuesta....

Pues así fue... con los cuadriceps ya muy doloridos subí la dichosa ultima cuesta que dio paso a la entrada a Santa cruz, ahora si oía la megafonía y a la gente animando, ahora si que esto se acababa... 


Muy contento y feliz, había disfrutado muchísimo de la carrera incluso con el frio que hizo y las malas condiciones del terreno, antes casi de cruzar la meta ya estaba pensando en la siguiente carrera, esto peor que una droga pero algo más sano...

Al terminar la carrera la organización nos dispuso unos autobuses lanzadera para llevarnos a las duchas sitas en la mina que se encontraba a dos kilómetros del pueblo, aquí os dejo una foto del susodicho transporte...



El domingo cumplo un año de mi paso del Asfalto a las Trail Running con la carrera del "Asturcón" aquí en Asturias, y aunque suene repetitivo de verdad es increible como puede cambiar la vida en un año, aquel abril del 2011 cuando casi no pude dormir la noche anterior porque iba a probar que era eso de correr por montaña (aquí aquella crónica) y 365 días después guardo en mi cajón la camiseta de Finisher de la Transalpine-Run...

2 comentarios:

Charlie dijo...

Aah, qué pasada una carrera así y con nieve recién caída bajo los pies, envidia! Impresionante el contraste con el Sahara, debes de estar incubando un sistema inmunitario de superhombre jeje

Zuperman dijo...

pues yo cada dia estoy mas agotado jajaja

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